Ricardo Tisnés el fotógrafo presidencial
Ricardo Tisnés fue el hermano menor de Félix Tisnés, la fotografía la llevaban en la sangre.
Los Hombres del Presidente
Era, pues, uno de los hombres del
candidato. Y uno de los hombres del presidente, Belisario Betancur. En
campaña cargó ladrillo con Mario Ramírez Arbeláez, el periodista Carlos Julio
González, el poeta-camarógrafo Jaime Vélez y el hombre del sonido Álvaro
Casanova.
Su hermano Félix Tisnés, también
profesional de la cámara, le enseñó las vocales del oficio. Se inició como
retratero en la revista Vea que fundó el chileno Jenaro Medina. Un colega suyo
de cámaras, Víctor Macaya, también chileno lo bautizó “Carro chico”.
Después hizo el tránsito a varias
publicaciones. Cuando estaba en El Bogotano tuvo que aislarse en la embajada
del Ecuador. Alegó persecución política. “Me iban a dar plomo”, decía Tisnés.
Estuvo en Quito un tiempo.
Siempre estuvo en función de las
cámaras, su otro yo. Era un hombre arrebatado y no se dejaba de nadie. Perecía
un Jesucristo con cámara Kodak terciada al hombro.
Murió porque le dio la gana.
Porque era así. Porque todos nos vamos a morir. Hacía tres días no aparecía en
palacio. Fueron a buscarlo sus compañeros a Suba. Confirmado: había muerto de
causas naturales.
En su ley
Tisnés murió en su ley. El
presidente, Belisario Betancur se enteró del fallecimiento después de una
ceremonia en la que otro fotógrafo, Juan Mayr le entregaba al mandatario su
trabajo sobre la Sierra Nevada de Santa Marta. Una bella coincidencia para
despedir a un colega de retratos.
A Tisnés le tocaba hacer ese “mono”
de la entrega del libro. Así como no apareció una vez en el avión debía
llevarlo a Quito con el Presidente, hoy tampoco apareció. Lo habían llamado a
tomarle una foto a la eternidad. Sus exequias serán mañana 20 de diciembre de 1984. La fotografía
colombiana está de luto.
Tomado del libro 25 años en
Blanco y Negro de Félix Tisnés. Textos de Carlos Mario Escobar.
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